martes, 22 de marzo de 2011

Lengua estándar, norma y normas en la difusión actual de la lengua española

http://digital.csic.es/bitstream/10261/13074/1/Documento1.pdf

Introducción
1. Algunos presupuestos
2. Noción de lengua o dialecto estándar
3. Características generales de la LE española
3.1. El estándar español en contraste con el de otras lenguas mayoritarias (inglés, italiano,
francés)
3.2. El estándar comprehensivo del español: características del supradialecto estándar
3.2.1. Tendencia a la homogeneización del léxico del español
3.2.2. La fuerza centrípeta de la incorporación de neologismos
3.2.3. La extensión a otras zonas (y mayor disponibilidad) de algunas formas dialectales
3.2.4. Coincidencia en los procesos léxico-sintácticos de recategorización
3.2.5. Paralelismos en el empleo y normalización de algunas desinencias derivacionales
4. El español estándar y el español en la red
Introducción
La noción de ‘lengua estándar’, y la de ‘norma lingüística’, consustancial con ella, es muy
antigua ya; no tanto sin embargo como la vida misma de las lenguas. Aparece, próxima a
las naciones-estado y los estados-nación, cuando las sociedades más estructuradas y
jerarquizadas empiezan a producir textos, a alfabetizar, a buscar lenguas de relación o
lenguas francas, y no se limitan a usar su lengua sólo para comunicarse oralmente. Las
lenguas que se mantuvieron durante milenios como lenguas de cultura pese a haber dejado
de ser lenguas habladas (el copto, el chino arcaico, el sánscrito) debieron pertrecharse para
ello de una rígida norma. El náhuatl, la lengua de los aztecas, hoy dominada y dividida en
dialectos, había de estar muy normalizada en el siglo XVI si podía ser el eje de un imperio
que se extendía desdeTenochtitlán hasta Veracruz y el Istmo de Tehuantepec. Norma ha
habido casi siempre.
Estas entidades (las normas y los estándares) –que mejor será denominar actitudes, por lo
que señalaré de inmediato-- acompañan e impregnan pues desde hace siglos la tarea de
descripción de las lenguas, tanto como centran las políticas lingüísticas y las actividades
aplicadas (la enseñanza de segundas lenguas) o las instrumentales (el uso de la lengua en
los medios de comunicación)...

domingo, 20 de marzo de 2011

Proyectos didácticos

Un blog que seguramente puede ser útil para los maestros de español

http://proyectosdidacticos.blogspot.com/

Poemas Pablo Neruda

Poema 10... Hemos perdido aún este crepúsculo...
 
Hemos perdido aún este crepúsculo.
Nadie nos vio esta tarde con las manos unidas
mientras la noche azul caía sobre el mundo.
He visto desde mi ventana
la fiesta del poniente en los cerros lejanos.
A veces como una moneda
se encendía un pedazo de sol entre mis manos.
Yo te recordaba con el alma apretada
de esa tristeza que tú me conoces.
Entonces, dónde estabas?
Entre qué gentes?
Diciendo qué palabras?
Por qué se me vendrá todo el amor de golpe
cuando me siento triste, y te siento lejana?
Cayó el libro que siempre se toma en el crepúsculo,
y como un perro herido rodó a mis pies mi capa.
Siempre, siempre te alejas en las tardes
hacia donde el crepúsculo corre borrando estatuas.

Poema 15... Me gustas cuando callas porque estás como ausente...
 
Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía;
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.
Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto
.


Cuentos y fábulas de Augusto Monterroso

Hoy te invitamos a que leas dos cuentos super breves de 
Augusto Monterroso.
Para quienes no lo conocen, Monterroso (1921-2003) nació en Honduras aunque siempre se consideró guatemalteco ya que su familia paterna era de este país y durante su exilio vivió en México. 
Una de las características principales de su obra es la brevedad acompañada por el humor y la ironía. Uno de sus cuentos es “El dinosaurio”, el cual es considerado el más breve de la literatura en español. 
Maestro de fábulas, aforismos y su papel docente tuvo una importancia fundamental en la formación de los más conocidos escritores hispanoamericanos.

La mosca que soñaba que era un águila
Augusto Monterroso
Había una vez una Mosca que todas las noches soñaba que era un Águila y que se encontraba volando por los Alpes y por los Andes.
En los primeros momentos esto la volvía loca de felicidad; pero pasado un tiempo le causaba una sensación de angustia, pues hallaba las alas demasiado grandes, el cuerpo demasiado pesado, el pico demasiado duro y las garras demasiado fuertes; bueno, que todo ese gran aparato le impedía posarse a gusto sobre los ricos pasteles o sobre las inmundicias humanas, así como sufrir a conciencia dándose topes contra los vidrios de su cuarto.
En realidad no quería andar en las grandes alturas o en los espacios libres, ni mucho menos.
Pero cuando volvía en sí lamentaba con toda el alma no ser un Águila para remontar montañas, y se sentía tristísima de ser una Mosca, y por eso volaba tanto, y estaba tan inquieta, y daba tantas vueltas, hasta que lentamente, por la noche, volvía a poner las sienes en la almohada.
FIN

La rana que quería ser una rana auténtica
Augusto Monterroso

Había una vez una rana que quería ser una Rana auténtica, y todos los días se esforzaba en ello.
Al principio se compró un espejo en el que se miraba largamente buscando su ansiada autenticidad. Unas veces parecía encontrarla y otras no, según el humor de ese día o de la hora, hasta que se cansó de esto y guardó el espejo en un baúl.
Por fin pensó que la única forma de conocer su propio valor estaba en la opinión de la gente, y comenzó a peinarse y a vestirse y a desvestirse (cuando no le quedaba otro recurso) para saber si los demás la aprobaban y reconocían que era una Rana auténtica.
Un día observó que lo que más admiraban de ella era su cuerpo, especialmente sus piernas, de manera que se dedicó a hacer sentadillas y a saltar para tener unas ancas cada vez mejores, y sentía que todos la aplaudían.
Y así seguía haciendo esfuerzos hasta que, dispuesta a cualquier cosa para lograr que la consideraran una Rana auténtica, se dejaba arrancar las ancas, y los otros se las comían, y ella todavía alcanzaba a oír con amargura cuando decían que qué buena rana, que parecía pollo.
FIN