miércoles, 4 de enero de 2012


           

Juan Rulfo
Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno
(1918 - 1986)


Firma de Juan Rulfo


A Juan Rulfo le bastaron una novela y un libro de cuentos para ocupar un lugar de privilegio dentro de las letras hispanoamericanas. Creador de un universo rural inconfundible, el narrador plasmó en sus narraciones no sólo las peculiaridades de la idiosincrasia mexicana, sino también el drama profundo de la condición humana. El llano en llamas (1953) reúne quince cuentos que reflejan un mundo cerrado y violento donde el costumbrismo tradicional se desplaza para vincularse con los mitos más antiguos de Occidente: la búsqueda del padre, la expulsión del paraíso, la culpa original, la primera pareja, la vida, la muerte. Pedro Páramo (1955) trata los mismos temas de sus relatos, pero los traslada al ámbito de la novela rodeándolos de una atmósfera macabra y poética. Este libro ostenta, además, una prodigiosa arquitectura formal que fragmenta el carácter lineal del relato.


               
                
              La mítica ciudad de Comala sirve de escenario para la novela y algunos cuentos de Juan Rulfo. Su paisaje es siempre idéntico, una inmensa llanura en la que nunca llueve, valles abrasados, lejanas montañas y pueblos habitados por gente solitaria. Y no es difícil reconocer en esta descripción las características de Sayula, en el Estado de Jalisco, donde el 16 de mayo de 1918 nació el niño que, más tarde, se haría famoso en el mundo de las letras. Su nombre completo era Juan Nepomuceno Carlos Pérez Rulfo Vizcaíno.
              Juan Rulfo dividió su infancia entre su pueblo natal y San Gabriel (así se llamaba la actual Ciudad Venustiano Carranza), donde realizó sus primeros estudios y pudo contemplar algunos episodios de la sublevación cristera, violento levantamiento que, al grito de "¡Viva Cristo Rey!" y ante el cómplice silencio de las autoridades eclesiásticas, se opuso a las leyes promulgadas por el presidente Calles para prohibir las manifestaciones públicas del culto y subordinar la Iglesia al Estado.
              Rulfo vivió en San Gabriel hasta los diez años, en compañía de su abuela, para ingresar luego en un orfanato donde permaneció cuatro años más. Puede afirmarse, sin temor a incurrir en error, que la rebelión de los cristeros fue determinante en el despertar de su vocación literaria, pues el sacerdote del pueblo, con el deseo de preservar la biblioteca parroquial, la confió a la abuela del niño. Rulfo tuvo así a su alcance, cuando apenas había cumplido los ocho años, todos aquellos libros que no tardaron en llenar sus ratos de ocio.
             A los dieciséis años intentó ingresar en la Universidad de Guadalajara, pero no pudo hacerlo pues los estudiantes mantuvieron, por aquel entonces, una interminable huelga que se prolongó a lo largo de año y medio. En Guadalajara publicó sus primeros textos, que aparecieron en la revista Pan, dirigida por Juan José Arreola. Poco después se instaló en México D.F., ciudad que, con algunos intervalos, iba a convertirse en su lugar de residencia y donde, el 7 de enero de 1986, le sorprendería la muerte.
            Ya en la capital, intentó de nuevo entrar en la universidad, alentado por su familia a seguir los pasos de su abuelo, pero fracasó en los exámenes para el ingreso en la Facultad de Derecho y se vio obligado a trabajar. Entró entonces en la Secretaría de Gobernación como agente de inmigración; debía localizar a los extranjeros que vivían fuera de la ley. Desempeñó primero sus funciones en la capital para trabajar luego en Tampico y Guadalajara y recorrer, más tarde, durante dos o tres años, extensas zonas del país, entrando así en contacto con el habla popular, los peculiares dialectos, el comportamiento y el carácter de distintas regiones y grupos de población.


Juan Rulfo con su hijo Juan Francisco (c. 1953)

              Esta vida viajera, este contacto con la múltiple realidad mexicana, fue fundamental en la elaboración de su obra literaria. Más tarde, y siempre en la misma Secretaría de Gobernación, fue trasladado al Archivo de Migración. Rulfo se ganó la vida en trabajos muy diversos: estuvo empleado en una compañía que fabricaba llantas de hule y también en algunas empresas privadas, tanto nacionales como extranjeras. Simultáneamente, dirigió y coordinó diversos trabajos para el Departamento Editorial del Instituto Nacional Indigenista y fue también asesor literario del Centro Mexicano de Escritores, institución que, en sus inicios, le había concedido una beca.
             


              La obra de Juan Rulfo, pese a constar sólo de dos libros, le valió un general reconocimiento en todo el mundo de habla española, reconocimiento que se concretó en premios tan importantes como el Nacional de Letras (1970) y el Príncipe de Asturias de España (1983); fue traducida a numerosos idiomas. En 1953 apareció el primero de ellos, El llano en llamas, que incluía diecisiete narraciones (algunas de ellas situadas en la mítica Comala), que son verdaderas obras maestras de la producción cuentística.
            Cuando, en 1955, aparece Pedro Páramo, la única novela que escribió Juan Rulfo, el acontecimiento señala el final de un lento proceso que ha ocupado al escritor durante años y que aglutina toda la riqueza y diversidad de su formación literaria. Una formación que ha asimilado deliberadamente las más diversas literaturas extranjeras, desde los modernos autores escandinavos, como Halldor Laxness y Knut Hamsun, hasta las producciones rusas o estadounidenses. Basta con acercarse a la novela, de estructura más poética que lógica, que ha sido tachada de confusa por algunos críticos, para comprender la paciente laboriosidad del autor, el minucioso trabajo que su redacción supuso y que le exigió rehacer numerosos párrafos, desechar páginas y páginas ya escritas.



              Desde 1955, año de la aparición de Pedro Páramo, Rulfo anunció, varias veces y en épocas distintas, que estaba preparando un libro de relatos de inminente publicación, Días sin floresta, y otra novela titulada La cordillera, que pretendía ser la historia de una inexistente región de México desde el siglo XVI hasta nuestros días. Pero el autor no volvió a publicar libro alguno. En una entrevista de 1976, Rulfo confesó que la novela proyectada había terminado en la basura. De vez en cuando, algunos textos suyos aparecían en las páginas de las publicaciones periódicas dedicadas a la literatura. Así, en septiembre de 1959, la Revista Mexicana de Literatura publicó con el título de Un pedazo de noche un fragmento de un relato de tema urbano; mucho más tarde, en marzo de 1976, la revista ¡Siempre! incluía dos textos inéditos de Rulfo: una narración, El despojo, y el poema La fórmula secreta.




... Álvaro Mutis subió a grandes zancadas los siete pisos de mi casa con un paquete de libros, separó del montón el más pequeño y corto, y me dijo muerto de risa: ¡Lea esa vaina, carajo, para que aprenda! Era Pedro Páramo. Aquella noche no pude dormir mientras no terminé la segunda lectura. Nunca, desde la noche tremenda en que leí la Metamorfosis de Kafka en una lúgubre pensión de estudiantes de Bogotá —casi diez años atrás— había sufrido una conmoción semejante.
Gabriel García Márquez


Rulfo en su estudio (c. 1954)

La novela de Rulfo no es sólo una de las obras maestras de la literatura mundial del siglo XX, sino uno de los libros más influyentes de este mismo siglo.
Susan Sontag


         
   
              La breve producción literaria de Juan Rulfo ha servido de inspiración y base para una considerable floración de producciones cinematográficas, adaptaciones de cuentos y textos de Rulfo que se iniciaron, en 1955, con la película dirigida por Alfredo B. Crevenna, Talpa, cuyo guión es una adaptación de Edmundo Báez del cuento homónimo del escritor. Siguieron El despojo, dirigida por Antonio Reynoso (1960); Paloma herida, que, con argumento rulfiano, dirigió el mítico realizador mexicano Emilio Indio Fernández; El gallo de oro (1964), dirigida por Roberto Gavaldón, cuyo guión sobre una idea original del autor fue elaborado por Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez. En 1972, Alberto Isaac dirigió y adaptó al cine dos cuentos de El llano en llamas y en 1976 se estrenó La Media Luna, película dirigida por José Bolaños que supone la segunda versión cinematográfica de la novela Pedro Páramo.
               Fueron tantas las reacciones periodísticas y las notas necrológicas que se publicaron después de la muerte de Rulfo (1986) que con ellas se elaboró un libro titulado Los murmullos, antología periodística en torno a la muerte de Juan Rulfo. Póstumamente se recopilaron los artículos que el autor había publicado en 1981 en la revista Proceso.

CRONOLOGÍA DE JUAN RULFO


1918
Nace en Sayula, en el estado de Jalisco.
1923
Su padre, un antiguo terrateniente, es asesinado.
1927
Fallece su madre. Juan Rulfo y sus hermanos quedan bajo la custodia de la abuela materna, y pasan luego a un orfanato.
1934
Una larga huelga de estudiantes le impide ingresar en la Universidad de Guadalajara. Publica sus primeros textos. Se instala en Ciudad de México, donde intenta sin éxito ingresar en la Facultad de Derecho.
1936-46
Trabaja en la Secretaría de Gobernación como agente de inmigración.
1947
Contrae matrimonio con Clara Aparicio.
1953
Publica la recopilación de relatos breves El llano en llamas.
1955
Pública la novela Pedro Páramo.
1962
Ingresa en el Instituto Indigenista de México, institución en la que trabajaría hasta su fallecimiento.
1970
Recibe el Premio Nacional de Letras.
1983
Es galardonado con el Premio Príncipe de Asturias.
1986
Fallece en Ciudad de México.

Julio Cortázar. El cronopio

Julio Cortázar
(Bruselas, 26 de agosto de 1914 – Paris, 12 de febrero de 1984)
EL CRONOPIO


Existen escritores que despiertan admiración pero no amor. De Cortázar, en cambio, el lector se enamora fácilmente. Uno de los escritores más amados, innovadores y originales de nuestro tiempo, maestro del cuento, de la talla de Poe, Chéjov y Borges, y feliz autor de Rayuela, novela que inauguró una nueva forma de hacer literatura en Latinoamérica. La narrativa de Cortázar se distinguió por una búsqueda permanente del lenguaje y la ruptura de los esquemas clásicos. Sus personajes, obsesionados por cierta metafísica, por cierta búsqueda de otros mundos, perdidos y profundos, nos entreabren puertas a otros universos. Le dice la Maga a Oliveira en Rayuela: “Vos buscás algo que no sabes lo que es. Yo también y tampoco sé lo que es. Pero son dos cosas diferentes”. La pasión lúdica de Cortázar hizo del libro casi un juguete, como en los casos de Vuelta al día en ochenta mundos (1967) y Último round (1969). En Rayuela (1963) el lector puede avanzar a saltos, como el niño que arroja la piedra sobre el dibujo trazado en el cemento y emprende la aventura de llegar al cielo. Argentino de pies a cabeza pero de formación cosmopolita (leía en francés, inglés y español), Julio Cortázar vivió buena parte de su vida en París, ciudad en la que se estableció en 1951, donde adquirió su reputación de escritor y en cuya geografía ambientó su famosa novela. Y allí mismo murió. Desde 1981 tenía la ciudadanía francesa.


 La infancia del cronopio

Cortázar nació en 1914, en la embajada de Argentina en Bélgica, en Ixelles, distrito de Bruselas, en ese entonces ocupada por los alemanes, y fue llamado Julio Florencio. «Mi nacimiento fue un producto del turismo y la diplomacia», declararía. Sus padres, María Herminia Descotte y Julio José Cortázar, eran argentinos, con ascendencia vasca, francesa y alemana. A finales de la Primera Guerra Mundial, los Cortázar lograron pasar a Suiza gracias a la condición alemana de la abuela materna de Julio, y de allí, poco tiempo más tarde, a Barcelona, donde vivieron año y medio. El pequeño Julio jugó con frecuencia en el Parque Güell con otros niños. A los cuatro años volvió a Argentina con la familia y el acento francés. Pasó el resto de su infancia en Banfield, en el sur del Gran Buenos Aires, junto a su madre, una tía y Ofelia, su única hermana, que era un año menor. El padre abandonó el hogar y se desentendió para siempre de los hijos.
Así describe Cortázar a Banfield: “Era ese tipo de barrio, sumamente suburbano, que tantas veces encuentras en las palabras de los tangos: calles no pavimentadas, pequeños faroles en las esquinas, una pésima iluminación que favorecía el amor y la delincuencia por partes iguales, y que hizo que mi infancia fuera una infancia cautelosa y temerosa, porque las madres tenían mucho miedo por los niños. Había un clima a veces inquietante en esos lugares. Y al mismo tiempo era un paraíso: la casa tenía un gran jardín que daba a otros jardines. Un jardín lleno de gatos, perros, tortugas y papagayos: un paraíso. Pero en este jardín yo era Adán, en el sentido de que no conservo recuerdos felices de mi infancia ─demasiadas tareas, sensibilidad excesiva, tristeza frecuente, asma, brazos rotos, primeros amores desesperados (mi cuento “Los venenos” tiene mucho de autobiográfico). Sin embargo, ése era mi reino, y he vuelto a él, lo he evocado en algunos cuentos, porque aún hoy lo siento muy presente muy vivo”.
«Mucha servidumbre, excesiva sensibilidad, una tristeza frecuente», le escribiría a Graciela M. de Sola, en 1963. «Pasé mi infancia en una bruma de duendes, de elfos, con un sentido del espacio y del tiempo diferente al de los demás», dice en la revista mexicana Plural n°44, en 1975. Fue un niño enfermizo y pasó mucho tiempo en cama, dedicado a los libros. Su madre, quien seleccionaba las lecturas, le dio a conocer al escritor que admiraría por el resto de su vida: Julio Verne. Afirma Cortázar: «Mi madre dice que empecé a escribir a los ocho años, con una novela que guarda celosamente a pesar de mis desesperadas tentativas por quemarla» (Siete Días, Buenos Aires, 973). Cortázar también recuerda que en cierta ocasión un pariente descubrió sus poemas y se los dio a la madre diciéndole que evidentemente esos poemas no eran suyos y que los copiaba de alguna antología. Estaba tan dedicado a la lectura que algún médico llegó a recomendarle leer menos durante cinco o seis meses y salir más a tomar un poco de sol.

Julio Cortázar
Fotografía de Jose Gelabert

Juventud, divino tesoro

Se tituló como Maestro Normal en 1932 y Profesor Normal en Letras en 1935 en la Escuela Normal de Profesores Mariano Acosta. Asistió desde joven a los estadios a ver boxeo. Un feliz día de 1932, caminando por el centro de Buenos Aires, se topó con Opio, Diario de una desintoxicación, de Jean Cocteau, un total desconocido para él hasta entonces. Aquella lectura lo marcaría para el resto de su vida: «Sentí que toda una etapa de vida literaria estaba irrevocablemente en el pasado… desde ese día leí y escribí de manera diferente, ya con otras ambiciones, con otras visiones».
Comenzó estudios de Filosofía en la Universidad de Buenos Aires, aprobó el primer año, pero comprendió que debía utilizar el título que ya tenía para trabajar y ayudar a su madre. Dictó clases en Bolívar y luego en Chivilcoy. Vivió en cuartos solitarios de pensiones aprovechando todo el tiempo libre para leer y escribir. En 1944 se trasladó a Cuyo, Mendoza, y en su Universidad impartió cursos de Literatura Francesa. Publicó su primer cuento, “Bruja”, en la revista Correo Literario y participó en manifestaciones de oposición al peronismo. En 1945, cuando Juan Domingo Perón ganó las elecciones presidenciales, abandonó el magisterio. "Preferí renunciar a mis cátedras antes de verme obligado a 'sacarme el saco' como les pasó a tantos colegas que optaron por seguir en sus puestos", precisó. Reunió un primer volumen de cuentos, La otra orilla. Por esta época perfeccionó sus conocimientos del francés y el inglés. De nuevo en Buenos Aires, trabajó en la Cámara Argentina del Libro y como traductor ocasional. Vive una existencia solitaria y bohemia. “Me observaba a mí mismo, estudiando mi propio desarrollo sin querer jamás forzar las cosas”, dijo de esta época. Y precisó: “De 1946 a 1951, vida porteña, solitaria e independiente; convencido de ser un solterón irreductible, amigo de muy poca gente, melómano, lector a jornada completa, enamorado del cine, burguesito ciego a todo lo que pasaba más allá de la esfera de lo estético”.
En 1946 publicó el cuento "Casa tomada" en la revista Los Anales de Buenos Aires, dirigida por Jorge Luis Borges, y un trabajo sobre John Keats en la Revista de Estudios Clásicos de la Universidad de Cuyo. En 1947 colaboró con otras revistas. Publica un importante trabajo teórico, "Teoría del Túnel", y en la revista Los Anales de Buenos Aires su cuento “Bestiario”. En 1948 obtuvo el título de traductor público de inglés y francés, tras cursar en apenas nueve meses estudios que normalmente requerían tres años. El esfuerzo le provocó síntomas neuróticos (la búsqueda de insectos en la comida) que desaparecieron con la escritura de "Circe", un cuento que haría parte de Bestiario. En 1949 publica el poema dramático Los Reyes, primera obra firmada con su nombre real e ignorado por la crítica. Durante el verano escribió Divertimento, una novela que en cierta forma manera prefigura a Rayuela, y que sería publicada en 1986, después de su muerte. Colaboró en revistas culturales de Buenos Aires (Cabalgata, Realidad y Sur) y en 1950 escribió otra novela, El examen, rechazada por el asesor literario de Losada, Guillermo de Torre, y que tampoco tuvo éxito a un concurso convocado por la misma editorial. Solo sería editada en 1986. Hizo un primer viaje a Europa y en el barco conoció a Edith Aron, en quien basaría el personaje de la Maga.
En 1951 publicó Bestiario, una colección de ocho relatos que le valieron cierto reconocimiento local y que inauguraron para el mundo al Cortázar que conocemos. De hecho, “Casa tomada”, “Circe y “Carta a una señorita en París” son tres de los cuentos más festejados por sus lectores. Cortázar decidió trasladarse a París, ciudad donde, salvo esporádicos viajes por Europa y América Latina, residiría durante el resto de su vida.

Cortázar con Aurora Bernárdez

Matrimonios y satélites

“No soy excesivamente monógamo”, dijo Cortázar en alguna entrevista. Aurora Bernárdez, Ugné Karvelis y Carol Dunlop son las tres mujeres con las que se le relaciona "oficialmente", pero la lista está incompleta obviamente. La inglesa Edith Aron, a quien conoció en el barco que lo llevó a Europa, y Cristina Peri-Rossi, la escritora uruguaya, deben agregarse a la lista. Al final de la relación con Ugné Kavalis el escritor andaba enredado con otras mujeres.
La relación amorosa con Aurora comenzó en Buenos Aires y fue intensa desde un principio. Cortázar hizo un primer viaje a Europa solo y, al regresar, los lazos se estrecharon aún más. Decidieron vivir juntos en Europa. Cortázar viajó primero. Carlos Gabetta describe a  Aurora Bernández, reconocida traductora, como mujer “fina, culta, delicada, sensible, lo que habitualmente se llama una señora”. Se dedicaron al trabajo, la lectura y la audición de los cuartetos de Alban Berg y Schoenberg “aprovechando la ventaja de que aquí no hay nadie que nos golpee el cielo raso”. Vargas Llosa describe la guarida de Cortázar como una casa “alta y angosta como el propio Cortázar”, atiborrada de libros y con un pizarrón donde, asegurados con tachuelas, Cortázar iba fijando recortes de periódicos que hablaban de lo insólito cotidiano, reproducciones de cuadros, tarjetas postales, dibujos de amigos, una fotografía de Louis Amstrong tocando la trompeta, un programa de cine.
La pareja vivía en París en modestas condiciones cuando surgió el ofrecimiento de traducir la prosa completa de Edgar Allan Poe para la Universidad de Puerto Rico. Dicho trabajo sería considerado luego por los críticos como la mejor traducción de la obra del escritor estadounidense. Los Cortázar se fueron a vivir a Italia durante el año que duró el trabajo, y el 22 de agosto de 1953 se casaron en París. Cortázar también tradujo Robinson Crosoe, de Daniel Defoe, y Mémories d’Hadrien, de Marguerite Yourcenar.
En 1963 visitó Cuba invitado por Casa de las Américas para ser jurado en un concurso. Ya nunca dejaría de interesarse por la política latinoamericana. Aurora, en cambio, volvió de la isla desilusionada y juró que nunca regresará. En ese mismo año apareció Rayuela, que sería el mayor éxito editorial de Cortázar y que le aseguraría un lugar de primera fila en el panorama de la literatura latinoamericana.  Según declaró en una carta a Manuel Antín en agosto de 1964, Rayuela no iba a ser el nombre de su novela sino Mandala: «De golpe comprendí que no hay derecho a exigirle a los lectores que conozcan el esoterismo búdico o tibetano». Desde entonces, con Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa, hizo parte del privilegiado boom de la literatura latinoamericana.
En 1967 rompió su vínculo con Aurora Bernárdez y tomó por pareja a la lituana Ugné Karvelis, con quien nunca contrajo matrimonio, pero quien le inculcó un gran interés por la política y difundió su obra a nivel internacional. Se habían visto de lejos en París pero se enamoraron en La Habana. Agné era la contrafigura de Aurora, según Carlos Gabetta: “tempestuosa, volcánica, sensual, habla con fuerte voz de tabaco, bebedora, expansiva”. Dice Agné: “Llegados de dos extremos del mundo ─el uno de Argentina, la otra de Lituana─ devorábamos, uno y otra, más libros y jazz que bistecs, en busca de una libertad, de una verdad de a entonces ignorábamos el nombre.” La relación duraría hasta 1979.
Con su tercera pareja y segunda esposa, la escritora canadiense Carol Dunlop, Cortázar realizó numerosos viajes. Uno de ellos fue registrado en el libro Los autonautas de la cosmopista, que cuenta el trayecto de la pareja por la autopista París-Marsella. Tras la muerte de Carol Dunlop el 2 de noviembre de 1982, Aurora Bernárdez acompañaría al escritor durante su enfermedad y sería luego la única heredera de su obra.

Cortázar con Carol Dunlop
Los últimos pasos

En agosto de 1981 sufrió una hemorragia gástrica y salvó su vida de milagro. Nunca dejó de escribir, fue su pasión aún en los momentos más difíciles. Ya era ciudadano francés. En 1983, vuelta la democracia en Argentina y muy afectado por la muerte de Carol, Cortázar hizo un último viaje a su patria, donde fue recibido cálidamente por los admiradores, que lo detenían en la calle para pedir su autógrafo, e ignorado por las autoridades nacionales. No le contó a nadie de su enfermedad, pero estaba recogiendo sus pasos. Alguien dijo que parecía un fantasma. Después de visitar a varios amigos, regresó a París.
Julio murió el 12 de febrero de 1984 a causa de una leucemia. Dos días después, fue enterrado en el cementerio de Montparnasse, en la misma tumba donde yacía Carol. La lápida y la escultura que adornan la tumba fueron hechas por sus amigos, los artistas Julio Silva y Luis Tomasello. Es costumbre dejar una copa o un vaso de vino y una hoja de papel o un billete de metro con una rayuela dibujada.

Julio Denis, Presencia, 1938
Primer libro de Julio Cortázar

El poeta Cortázar

Debe recordarse que en realidad el primer libro de Cortázar fue un poemario, Presencia, publicado con el seudónimo de Julio Denis.  Durante toda su vida escribió gran cantidad de poemas en prosa (en libros mixtos como Historias de cronopios y de famas, Un tal Lucas, Último round); e incluso poemas en verso (Presencia, Pameos y meopas, Salvo el crepúsculo). Colaboró en muchas publicaciones en distintos países, grabó sus poemas y cuentos, escribió letras de tangos (con el Tata Cedrón, por ejemplo) y le puso textos a libros de fotografías e historietas. El primer título que se publicó después de su muerte, Salvo el crepúsculo, era un libro de poemas. A pesar de su acento francés, Cortázar leía de maravilla. Las grabaciones que dejó son un auténtico manjar para sus admiradores.


Cronología

En 1914 nace en Bruselas, de padres argentinos.
En 1916 la familia se traslada a Suiza.
En 1918 la familia regresa a la Argentina y se instala en Banfield, suburbio de Buenos Aires, donde Cortázar pasa su infancia y adolescencia.
En 1923 escribe poemas y termina una primera novela.
En 1932 obtiene el grado de maestro de primaria. Ese mismo año intenta sin éxito viajar a Europa en un buque de carga, con un grupo de amigos. “Buenos Aires era una especie de castigo. Vivir allí era estar encarcelado”, le confesaría años después a Luis Harss.
En 1935 obtiene el grado de maestro de enseñanza media.
En 1936 ingresa a la carrera de letras de la Universidad de Buenos Aires.
En 1937 abandona los estudios y comienza a trabajar como profesor en Bolívar y Chivilcoy.
En 1938 publica su primera colección de poemas, Presencia (Buenos Aires, El Bibliófilo), con el seudónimo de Julio Denis. De ellos dirá que eran unos sonetos "muy mallarmeanos" y que el libro fue "felizmente" olvidado. Cortázar padeció temprano el sarampión de la poesía. A los doce o trece años, escribe sonetos que son "un plagio involuntario de Poe", poemas de amor a una compañera de clase. 
En 1944 se traslada a Cuyo, Mendoza, y en su Universidad imparte cursos de Literatura Francesa. Participa en manifestaciones de oposición al peronismo. Publica su primer cuento, “Bruja”, en la revista Correo Literario y se ve obligado a renunciar a la Universidad de Cuyo. Se traslada a Buenos Aires, donde trabaja como director de la Cámara del Libro Argentina y traductor ocasional.  
En 1946 publica el cuento “Casa tomada” en la revista Los Anales de Buenos Aires, dirigida por Jorge Luis Borges
En 1947 aparece publicado su cuento “Bestiario”.
En 1948 obtiene el título de traductor público de inglés y francés.
En 1949 publica el poema dramático Los Reyes, primera obra firmada con su nombre real e ignorado por la crítica. Durante el verano escribe Divertimento, que de alguna manera prefigura Rayuela, y que solo será publicada en 1986, después de su muerte. Colabora en las revistas culturales de Buenos Aires Cabalgata, Realidad y Sur.
En 1950 viaja a Europa y, según se supo en años recientes, conoce a la inglesa Edith Aron, con quien mantuvo un romance. Fue su Maga y la fuente de inspiración del personaje de Rayuela. Escribe otra novela, El examen, rechazada por el asesor literario de Losada, Guillermo de Torre. Cortázar la presentará sin éxito a un concurso convocado por la misma editorial. Esta novela también será editada en 1986.
En 1951 publica su primer libro de cuentos Bestiario, en la editorial Sudamericana. El libro -salvo para un puñado de lectores -pasa inadvertido. Obtiene una beca del gobierno francés y viaja a París, con la firme intención de establecerse allí. En 1952 aparece el cuento “Axolotl” en Buenos Aires Literaria.
En 1953 viaja a Italia con Aurora Bernárdez y comienza a trabajar para la Unesco. Se casa con Aurora el 22 de agosto en París.
En 1954 viaja a Montevideo  en calidad de traductor y revisor de la UNESCO. Se aloja en el Hotel Cervantes, ya frecuentado por Jorge Luis Borges y escenario de su cuento “La puerta condenada”. Va al cine, recorre la ciudad con sus pasos de gigante y visita el barrio del Cerro, donde ubicará a La Maga. Continúa trabajando como traductor independiente de la UNESCO. Sigue escribiendo lo que luego serán las Historias de cronopios y de famas, que había iniciado en el año 1951: "Una noche, escuchando un concierto en el Thèatre des Champs Elysées, tuve bruscamente la noción de unos personajes que se llamarían cronopios", explicó años después. Buenos Aires Literaria publica “Torito”. Viaja a Italia, donde empieza a traducir los cuentos de Edgar Allan Poe.
En 1956 publica el libro de cuentos Final del juego (México, Los Presentes). Aparece la traducción de Obras en prosa, de Poe, en la Universidad de Puerto Rico.
En 1959 publica el volumen de cuentos Las armas secretas, que incluye el cuento largo “El perseguidor”. “Fue una iluminación. Terminé de leer el artículo (que anunciaba la muerte de Charlie Parker) y al otro día o ese mismo día, no me acuerdo, empecé a escribir el cuento. Porque de inmediato sentí que el personaje era él (…) era lo que yo había estado buscando”. Cortázar aborda en este cuento un problema de tipo existencial que ampliaría en Los premios y profundizaría en Rayuela. Es más, asegura que sin ese cuento nunca hubiera escrito Rayuela.
En 1960 viaja a Estados Unidos (Washington y Nueva York) y publica la novela Los Premios (Sudamericana).
En 1961 realiza su primera visita a Cuba. Ella le mostrará "el gran vacío político que había en mí, mi inutilidad política. Desde ese día traté de documentarme, traté de entender, de leer". Ese mismo año la editorial Fayard publica Los Premios, primera traducción de una obra de Cortázar.
En 1962 publica Historias de cronopios y de famas (Buenos Aires, Minotauro).
En 1963 publica Rayuela (Buenos Ares, Sudamericana), de la que se vendieron 5.000 ejemplares en el primer año. "Escribía largos pasajes de Rayuela sin tener la menor idea de dónde se iban a ubicar y a que respondían en el fondo (...) Fue una especie de inventar en el mismo momento de escribir, sin adelantarme nunca a lo que yo podía ver en ese momento", dirá. Publica “Una flor amarilla” en la Revista de Occidente, de Madrid, y “Descripción de un Combate” en Eco contemporáneo. Ese mismo año participa como jurado en el Premio Casa de las Américas, en La Habana.
En 1965 la editorial Pantheon de Nueva York publica la traducción inglesa de Los premios y Luchterhand, Berlin, Geschichten der Cronopien und Famen.
En 1966 publica el libro de cuentos Todos los fuegos el fuego (Buenos Aires, Sudamericana). En Nueva York, Pantheon publica la traducción al inglés de Rayuela y Gallimard la traducción francesa, de Laure Guille-Bataillon. En la revista Unión, de La Habana, aparece el artículo “Para llegar a Lezama Lima”. El escritor decide asumir públicamente su compromiso con la lucha de liberación Latinoamericana. El director italiano Michelangelo Antonioni filma Blow-Up, basado en “Las babas del diablo”, uno de los cuentos de Las armas secretas, con David Hemmings, Vanessa Redgrave y Sarah Miles.
En 1967 publica La vuelta al día en ochenta mundos, que reúne cuentos, crónicas, ensayos y poemas, con una diagramación muy original de Julio Silva y como un homenaje a Julio Verne “pero de una manera muy indirecta”. Se relaciona íntimamente con Ugné Karvelis y se separa de Aurora Bernárdez.
En 1968 publica la novela 62: modelo para arma (Sudamericana), que desconcierta a la crítica, y el texto Buenos Aires, Buenos Aires, con fotografías de Sara Facio y Alicia D’Amico.
En 1969 publica otro de sus libros “almanaque”, la colección de textos de Último round, donde se recogen ensayos, cuentos, poemas, crónicas, textos humorísticos. La edición (Siglo XXI, México) está imaginada como un edificio de dos plantas, alta y baja, y cuenta con profusas ilustraciones. El libro contiene (planta baja) una extensa carta de Cortázar a Roberto Fernández Retamar escrita en Saigón el 10 de mayo de 1967. Pantheon de Nueva York publica la traducción inglesa de Historias de cronopios y de famas y Einaudi (Torino, Italia) la traducción de Rayuela.
En 1970 publica Viaje alrededor de una mesa (ponencia presentada en la mesa redonda “El intelectual y la política”, celebrada en París), así como Literatura en la revolución y revolución en la literatura (texto de la polémica sostenida por Cortázar y Mario Vargas Llosa con Oscar Collazos y publicada originalmente en la revista Marcha de Montevideo, a partir del 29 de agosto de 1969, México, siglo XXI Editores.) Publica también el volumen Relatos (que incluye los libros Bestiario, Final del juego, Las armas secretas y Todos los fuegos el fuego).
En 1971 publica Pameos y meopas (Barcelona, Ocnos), que incluye poemas escritos entre 1944 y 1958. Fue excomulgado por Fidel Castro, junto a otros escritores, por solicitar información sobre el arresto del poeta Heberto Padilla. A pesar de la desilusión por la actitud de Castro, siguió de cerca la situación política de Latinoamérica. El año anterior había viajado a Chile para solidarizarse con el gobierno de Salvador Allende. Debe recordarse que Cortázar lee y divulga al poeta cubano José Lezama Lima, autor de Paradiso.
En 1972 publica Prosa del observatorio (Barcelona, Lumen, con fotografías del propio Julio Cortázar y la colaboración de Antonio Gálvez).
En 1973 aparece Libro de Manuel (Buenos Aires, Sudamericana), que obtiene en París el Premio Médicis. Asiste a la presentación del libro en Buenos Aires. De paso visita Perú, Ecuador y Chile. Se entrevista con Salvador Allende. La novela levanta una  considerable polvareda: "...si durante años he escrito textos vinculados con problemas latinoamericanos, a la vez que novelas y relatos en que esos problemas estaban ausentes o sólo asomaban tangencialmente, hoy y aquí las aguas se han juntado, pero su conciliación no ha tenido nada de fácil, como acaso lo muestre el confuso y atormentado itinerario de algún personaje", escribió en el Prólogo. En Barcelona (Tusquets) publica La casilla de los Morelli, cuya edición, prólogo y notas estuvieron a cargo de Julio Ortega.
En 1974 aparece el libro de cuentos Octaedro (Buenos Aires, Sudamericana). Obtiene el premio Medicis de Literatura para autores extranjeros por la novela Libro de Manuel. En abril participa en una reunión del Tribunal Russell reunido en Roma para examinar la situación política en América Latina, en particular las violaciones de los derechos humanos.
En 1975 publica la historieta Fantomas contra los vampiros multinacionales (México, Excélsior), y el texto Silvalandia (que acompaña la obra gráfica de Julio Silva, México, Cultura G.D.A.). Viaja a los Estados Unidos (Oklahoma) en ocasión de la Fitfh Oklahoma Conference on Writers of the Hispanic World dedicada a su obra. Los trabajos leídos y dos textos suyos fueron reunidos en el volumen The Final Island: The Fiction of Julio Cortázar (1978), una primera valoración crítica de la obra de Cortázar en lengua inglesa. Realiza lecturas en la Universidad de Oklahoma.
En 1976 realiza una visita clandestina a la aldea de Solentiname, en Nicaragua. Publica Estrictamente no profesional (Buenos Aires, La Azotea) a partir de fotografías de Alicia D'Amico y Sara Facio.
En 1977 aparecen los libros de cuentos Alguien que anda por ahí (Madrid, Alfaguara), en el que se recoge el texto “Apocalipsis en Solentiname”, y Ceremonias (Barcelona, Seix Barral), que recoge los títulos Final del fuego y Las armas secretas.
En 1978 la editorial Pantheon publica en Nueva York la traducción inglesa de Libro de Manuel. Cortázar hace una advertencia al lector norteamericano: "Este libro se completó en 1972. La Argentina estaba entonces bajo la dictadura del general Alejandro Lanusse, y ya entonces la intensificación de la violencia y la violación de los derechos humanos eran evidentes. Tales abusos han continuado y han sido incrementados bajo la junta militar del   general Videla (...) las referencias a Argentina y otros países latinoamericanos son hoy tan válidas como lo fueron cuando se escribió este libro". Publica Territorios (México, Siglo XXI Editores) con textos relativos a la pintura.
En 1979 publica Un tal Lucas (Madrid, Alfaguara). En octubre visita Nicaragua y desde entonces se dedica a apoyar y servir a la Revolución Sandinista. Algunos de sus textos son utilizados en la campaña de alfabetización del país. Se separa de Ugné Karvelis, con la que sigue manteniendo una estrecha amistad. Viaja a Panamá con Carol Dunlop y conoce a Omar Torrijos.
En 1980 publica el libro de cuentos Queremos tanto a Glenda (México, Nueva Imagen). Realiza una serie de conferencias en la Universidad de Berkeley, California.
En 1981 Miterrand le concede la nacionalidad francesa.
En 1982 publica un nuevo libro de cuentos, Deshoras (México, Nueva Imagen). En noviembre muere Carol Dunlop.
En 1983 aparece el libro Los autonautas de la cosmopista (Barcelona, Muchnik Editores), escrito a cuatro manos con Carol Dunlop, y que narra un viaje de treinta y tres días entre París y Marsella. Viaja a La Habana para asistir a una reunión del Comité Permanente de Intelectuales por la Soberanía de los pueblos de Nuestra América. Entre el 30 de noviembre y el 4 de diciembre viaja a Buenos Aires, para visitar a su madre después de la caída de  la dictadura. Las autoridades ignoran su presencia, pero es calurosamente recibido por la gente, que lo reconoce en las calles. Se publica Nicaragua tan violentamente dulce (Managua, Ed. Nueva Nicaragua).
En 1984 viaja a Nicaragua, recibe del ministro de Cultura nicaragüense, Ernesto Cardenal, la Orden de la Independencia Cultural Rubén Darío. El 12 de febrero Julio Cortázar muere de leucemia y es enterrado en el cementerio de Montparnasse, junto a Carol Dunlop. En México (Editorial Nueva Imagen) aparece su libro de poemas Salvo el crepúsculo.